lunes, 31 de enero de 2011

Ha llegado un punto en el que todo lo que tenga que ver con sexo me parece repugnante. No hay atractivo en ningún ser de esta tierra, soy un alma cándida que sólo piensa en comer antes que en el resto de beneficios de nuestra vida. Además tampoco tengo tabaco para quitarme la ansiedad, me espera un día de carácter.

La putada es cuando sólo tienes dos sobres de sopa, de la que se echa en un vaso de agua caliente y tú ya. Vamos, un asco. Así que hoy por hoy podría decir que no tengo ni oficio ni beneficio.

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