Ayer mediante una conversación totalmente etílica comentábamos lo que Madrid nos ha decepcionado en cuanto al tipo de gente que frecuenta esta maldita ciudad. En la superficie todo vale, y nosotros nos preguntábamos dónde se había perdido lo interesante, la buena conversación y la humildad, sobre todo la humildad. Digamos que con pesar 45 Kg, medir 1,75 , llevar gafas grandes, meterte todo lo comprable, bailar con la cabeza alta y escupir a la gente está todo hecho.
Con lo bien que sienta un buen vino calmado. Ya vienen...
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